Carta bordada para Ana Milena.
Hilo bordado sobre algodón. 31x28cm. Julio 2020.
Querida: "Ana Milena,
desde mi ventana vi pájaros,
un chozo, un mirlo llevando gusanos a sus crías,
vi líneas trazadas en el cielo
por alas que jugueteaban al "pilla-pilla".
Escuché el sonido del HILO al traspasar el TAMBOR,
cerré los ojos y ESCUCHÉ BORDAR.
Mo, Julio, 2020."
Vista posterior.
Conocí por e-mail a Ana Milena González, @gomez_anamilena , una artista plástica y textil colombiana. Esther Pardo nos puso en contacto. Justo antes de la pandemia nos carteamos y Ana Milena me pareció tremendamente generosa y sensible. De un tiempo para aquí agradezco conocer y tener nuevas amigas artistas con las que poder compartir y hablar de los mismos intereses y preocupaciones. Debe ser eso que llaman la tribu. Para mi, como ejemplar introvertida, las relaciones sociales nunca fueron mi fuerte, sumado a mi interés por las artes se dieron las condiciones adecuadas para sentirme un bicho raro.
Ella me mostró su trabajo, en concreto un proyecto precioso sobre sus familiares costureras y bordadoras, y me encantó, no sólo su obra, sino también poder compartir nuestras piezas de un lado al otro del Atlántico sin conocernos.
Durante la pandemia ella me pidió si me apetecía dibujar o pintar algo sobre un tema que propusieron en En el Taller ( en Facebook En el Taller ); compartir qué veíamos desde nuestras ventanas mientras estuvimos encerradas por tantos días.
Y de a poco me puse a bordar lo que yo ví. Lo cierto es que durante mi encierro vi tantísimos pájaros volar tan cerca, en su mayoría aviones y algunas golondrinas. A primera y última hora del día acostumbran a volar bajo, cerca de nuestra terraza, comiéndose todos los mosquitos que encuentran. Un espectáculo que no paré de registrar en cámara lenta.
El encierro cesó y llegó la "nueva" normalidad a España. Yo seguí bordando lentamente hasta que la pieza llegó a su fin. Aquí os dejo algunos detalles.
2 comentarios:
Montse, gracias a tí por aceptar la invitación y resolverlo de una manera tan poética...pero sobre todo gracias por tirar esos hilos desde el otro lado del charco e iniciar un tejido que nos convoca al encuentro de saberes desde estas prácticas donde otros tiempos convergen y la memoria está siempre presente.
Compartir lo que amamos, los pájaros que vemos y el silencio de las puntadas es un privilegio y más en estos tiempos.
Ojalá la vida nos junte un día de estos, por allí, por aquí y continuemos pensando otros mundos mientras nos bordamos y nos tejemos
Es precioso tu trabajo!!!!
Seguro que sí, Ana, un día nos conoceremos en persona.
Nos unen a tantísimas esos hilos de nuestras madres, abuelas... Esa sabiduría textil me fascina.
Un abrazo grande!
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