Las redes de Hartman, un espejo y una plaquita de plomo

Y si me topo con un nudo de Hartman lo esquivo
dando saltos cada 30 por 40
como los gatos, huyendo del mal augurio
que no me pille
que no me toque
con un espejo siempre entre las manos
mientras mis pies caminan por el suelo
que mis ojos lo hagan sobre el cielo.

(pd: gracias por contarme la semilla de esta historia, y por las eternas conversaciones.)